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jueves, 25 de agosto de 2011

PROYECTO PLUTO


DINERO. Una historia de amor en tiempos de crisis. Es el resultado de un viejo proyecto de La Lengua teatro: recuperar PLUTO, la última obra de Aristófanes (445-388 A.C.). La historia del  Dinero, un dios ciego que recuperaba la vista y ponía el mundo patas arriba, tenía el mezclado encanto de la comedia urbana y una imaginación prodigiosa, que combinaba realismo y fantasía para trazar una imborrable pintura de la antigua Atenas, pero también un brillante retrato de los seres humanos de toda época y lugar.
    La trascendencia de Aristófanes es tal que, aunque no os hayáis dado cuenta, todos os habéis reído con sus chistes. Lo conocéis a través del trabajo de cómicos tan dispares como Woody Allen, Charles Chaplin o Monty Python, o autores teatrales como Molière o Bertold Brecht -por poner sólo algunos ejemplos- , quienes con mayor o menor fidelidad se han servido de los golpes, enredos  y argumentos del comediógrafo griego para conquistar al público.  ¿Recordáis, por ejemplo, la escena de LA VIDA  de BRIAN en que las mujeres se hacen pasar por escribas con la barba postiza y todo? ¿O la archiconocida inmersión de Jack Lemon yTony Curtis en el mundo femenino en Con Faldas y a lo Loco? Pues ambas beben muy directamente de nuestro disparatado autor.
        Así pues, aquí estamos: devolviéndole la vista al viejo dios Dinero.
Dos dificultades plantea la adaptación: la primera consiste en el excesivo localismo de muchas situaciones, que se ceñían muy ajustadamente a la vida de los griegos del año 338 A. C. Problema menor: el siglo XXI ofrece suficientes paralelismos como para situar la comedia en un contexto universal y adaptable a todos los públicos.
    La segunda dificultad es la estructura dramática, llena de genialidades pero con ciertas coyunturas un tanto anacrónicas y difíciles de digerir. Pero el propio Aristófanes nos regala parte de la solución en LOS CABALLEROS, la comedia que lo consagró ante el público y en LAS ASAMBLEÍSTAS, obra en la que las mujeres toman el poder y reorganizan el mundo en una utopía sorprendentemente vigente para la mentalidad actual.
        Sólo nos quedaba urdir un hilo conductor para unir todos esos materiales y eso nos daba pie para desempolvar otra vieja idea:  crear una comedia sentimental al estilo tradicional. Una historia de amor que nos hiciera reír, desafiando las penurias de este mundo.  Una historia clásica que nos permitiera  utilizar enredos amorosos, bochornosos intercambios de vestuario, discusiones disparatadas, equívocos  de pareja, pleitos absurdos, mentiras arriesgadas …
  Y ahí tenemos a Crémilo y Mirine, intentando arreglar el mundo mientras evitan enamorarse. ¿Conseguirán alguna de las dos cosas?

1 comentario:

  1. pues eso de conseguir alguna de las dos cosas...en tu destreza, chaval.

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